Adiós, fue su ultima palabra y cerro la puerta, frente a mi
quedo el vacío, el infinito vacío que inundaba todo, desde el espacio que me
rodeaba hasta lo mas profundo de mi ser…
No comprendí en ese momento cual seria mi reacción, no comprendí
en ese momento la relevancia de lo ocurrido, no quise en ese momento asumir mi
responsabilidad ni mi cuota de culpa, simplemente le grite a dios, al destino y
a todos los factores externos que pudieran existir, por que me pasaba eso a mi.
Pasaron las horas, los días, los meses y quizás los años, y jamás
pude darme cuenta que la vida continuó, que todos y cada uno de los días me dio
una nueva oportunidad de seguir, o quizás de empezar, yo en cambio me emperraba
en recuperar aquella ilusión que no era mas que eso, un mal recuerdo de algo
que parecía ser mejor de lo que fue.
Día tras día buscaba esa sonrisa, ese largo y hermoso
cabello, esa cintura con curvas que te quitaban el aliento, esos ojos que podían
ver mi alma, esa voz que era mi conciencia, esas manos que eran mi abrigo y ese
pecho que era mi refugio. Todo eso buscaba locamente sin encontrar, pues lo que
buscaba simplemente no existía, y quizás jamás existió…
Me despierto, sudoroso, confundido, aturdido, miro hacia los
lados, estoy solo… pienso y me doy cuenta que fue un sueño de amor y que
recordaba solo el final…
Cierro los ojos, me dice adiós, cierra la puerta y veo que
frente a mi queda el mundo, y que esa puerta que se cerro es solo una mas, una
pequeña puerta entre las miles que día a día se irán abriendo, y es solo una
mas que se cerro, de las muchas que quedan por cerrarse…
Negroleo
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